Todos los días, a sabiendas o no, estamos expuestos a productos químicos nocivos. En la Conferencia de Liderazgo de Norwex® del mes pasado, nuevamente hablé sobre el riesgo de estos químicos para nuestra salud y nuestro planeta y proporcioné algunas de las últimas investigaciones. Ahora me gustaría compartir parte de esa información contigo. A continuación se muestra la primera de una serie de dos partes que presenta los aspectos más destacados de mi presentación.

Una declaración de una misión verdaderamente poderosa debe lograr tres objetivos: definir el propósito de una empresa, expresar sus objetivos estratégicos y motivar a su fuerza laboral. Durante 28 años, nuestro mensaje de Norwex nunca ha titubeado. Cada esfuerzo, cada innovación, comparte un objetivo común: mantener a nuestras familias y nuestro entorno más seguros.

Nuestra Misión Global – Mejorar la calidad de visa mediante la reducción radical de químicos en nuestros hogares—tiene ramificaciones de gran alcance, tanto hoy como para las generaciones futuras.

Sin embargo, casi todas las semanas vemos investigaciones que indican que muchas de las sustancias químicas creadas para "mejorar" o "simplificar" nuestras vidas en realidad pueden poner en peligro nuestra salud y longevidad. De hecho, muchas de las etiquetas de los productos domésticos convencionales ignoran por completo las sustancias potencialmente peligrosas que contienen. ¿Deberíamos preocuparnos? Por desgracia, la respuesta es sí.

Como ya lo hemos mencionado anteriormente, “La Carga Corporal” es un término usado para describir la cantidad total o carga, de químicos dañinos presentes en el cuerpo. Ya sea que los inhalemos, los traguemos o los absorbamos a través de la piel, es como una sopa química hecha con ingredientes que respiramos, comemos y tocamos. Además, no hay borrón y cuenta nueva. Incluso antes del nacimiento, se pueden encontrar hasta 232 sustancias químicas en la sangre del cordón umbilical de los bebés.

Solo aumenta a partir de ahí. A lo largo de nuestra vida, más de 1.400 sustancias químicas y grupos químicos pueden invadir nuestro cuerpo. ¿Lo más preocupante? Son sustancias a las que estamos expuestos diariamente.

La buena noticia es que cualquier oportunidad de reducir nuestra exposición a químicos dañinos de cualquier tipo puede tener beneficios reales para la salud. Continúa leyendo y entérate de algunos de los desafíos más críticos.

Reto #1: Las combinaciones de químicos pueden tener un efecto perjudicial en nuestra salud.

Así como es muy importante comprender el impacto que tienen los químicos individuales en nuestros cuerpos, también debemos ser conscientes de lo que sucede cuando estas sustancias interactúan entre sí.

El Proyecto Halifax, un grupo de más de 300 investigadores del cáncer de 31 países, llevó a cabo una investigación centrada en la posibilidad de que mezclas complejas de sustancias químicas comunes pudieran estar contribuyendo a una alta incidencia de cáncer. Los resultados mostraron que, si bien la exposición de bajo nivel a los productos químicos por sí mismos puede no causar cáncer, ciertas combinaciones de ellos sí podrían, lo que destaca nuevamente por qué es importante reducir la exposición a productos químicos nocivos tanto como sea posible.

Reto #2: DDT

Qué es DDT: un compuesto químico desarrollado originalmente como insecticida en la década de 1940. En 1972, la Agencia de Protección Ambiental prohibió el DDT por sus efectos ambientales adversos y riesgos potenciales para la salud humana.

Gran parte del mérito de la prohibición es de la científica marina Rachel Carson. Su libro, The Silent Spring, publicado en 1962, relacionó directamente la disminución de la población de pájaros cantores con el DDT que se encuentra en los insecticidas y pesticidas. Aunque controvertido en ese momento, el testimonio de Carson en el Congreso en realidad desencadenó la creación de la EPA.

Lo que sabemos: Debido a su persistencia en el medio ambiente, todavía existe preocupación por los efectos a largo plazo del DDT. Además de acumularse en los tejidos grasos, tiene la capacidad de viajar largas distancias en la atmósfera superior.

Por qué el DDT sigue siendo una preocupación:Una nueva investigación muestra que los problemas de salud relacionados con el DDT han persistido durante al menos tres generaciones, afectando incluso a las nietas de mujeres expuestas a la sustancia química en la década de 1960. Y tan recientemente como el año pasado, Los Angeles Times informó que hace décadas, los fabricantes de DDT hundieron barriles con fugas, en el océano frente a la costa de California, contaminando los peces y otras formas de vida marina.

Hay más. El DDT todavía se usa en algunos países devastados por la malaria. Además, 50 años después de haber sido prohibido en los E. U.A., todavía hay niveles tóxicos de DDT en el medio ambiente, incluidos algunos lagos canadienses.

Reto #3 PFAS (siglas en inglés)

Qué son: un grupo de productos químicos "para siempre" que se utilizan para fabricar telas y alfombras resistentes a las manchas, ropa repelente al agua, utensilios de cocina antiadherentes y cientos de otros productos comunes, incluido el césped artificial. Se les llama "químicos para siempre" porque no se descomponen fácil o rápidamente en el medio ambiente o en nuestros cuerpos.

Lo que sabemos: los compuestos pueden filtrarse en el agua tanto de las fábricas como de los vertederos. Y debido a su uso generalizado y persistencia, las PFAS se encuentran no solo en nuestra agua (probablemente la fuente más importante para la mayoría de nosotros), sino también en nuestros productos alimenticios, el aire y suelo.

Por qué las PFAS continúan siendo una preocupación: los investigadores han encontrado un vínculo probable entre la exposición de bajo nivel a ciertos tipos de PFAS y los problemas de salud, incluidos el cáncer, la alteración hormonal, el daño hepático, el daño al desarrollo y la toxicidad del sistema inmunitario. Los estudios también muestran que el cambio climático está afectando potencialmente la toxicidad de los contaminantes químicos existentes. Por ejemplo, a medida que aumentan las temperaturas y el derretimiento de los glaciares, los productos químicos permanentes que antes estaban encerrados dentro del glaciar se liberan una vez más en el agua.

Afortunadamente, las acciones informadas están ayudando a limpiar parte de la carga química de nuestro planeta, especialmente cuando se trata de nuestra agua potable.

  • En octubre de 2021, la EPA (siglas en inglés, Agencia de Protección Ambiental) publicó una hoja de ruta estratégica para acelerar los esfuerzos para establecer estándares nacionales de agua potable para los dos tipos más notorios de PFAS (PFOA y PFOS) para 2023. El tiempo es fundamental. La investigación del Environmental Working Group descubrió 22 contaminantes relacionados con el cáncer en el agua del grifo que podrían provocar más de 100 000 casos de cáncer al año solo en los E.U.A.
  • En marzo de 2019, Health Canada estableció una nueva pauta para la concentración máxima aceptable de plomo en el agua potable, a la mitad de la cantidad anterior.
  • El tricloroetileno, un compuesto químico relacionado con una variedad de cánceres, defectos cardíacos fetales y Parkinson, está prohibido en Europa y no se fabrica en Canadá desde 2003. Sin embargo, queda trabajo por hacer. El TCE, también conocido como "PERC", todavía está presente en aproximadamente el 30% de las aguas subterráneas de los E.U.A. y se usa en desengrasado industrial, limpieza en seco e incluso productos domésticos como toallitas limpiadoras, lubricantes y quitamanchas.

También debemos tomar medidas personales: puede significar una gran diferencia con solo unos pocos cambios.

  • Los sistemas de purificación de agua pueden eliminar una variedad de impurezas. Los consumidores pueden consultar una sólida base de datos de mediciones de calidad del agua y clasificaciones de fuentes para obtener más información sobre lo que sale de tus grifos y tomar medidas para hacer que tu agua sea más saludable.
  • Nuestro propio Norwex Water Filtration System (sistema de filtración de agua)  de Norwex ayuda a reducir una variedad de impurezas en el agua potable y para cocinar, incluyendo cloro, cobre, cadmio, mercurio y plomo, así como sedimentos, metales pesados, pesticidas y herbicidas. También ayuda a reducir los aproximadamente 9 millones de toneladas de plástico desechado que fluyen hacia los océanos del mundo cada año.
  • Considera reemplazar cualquier utensilio de cocina antiadherente que pueda contener PFAS y trata de elegir productos y servicios (como tintorerías) que no utilizan tricloroetileno.

En la segunda parte, la próxima semana, analizaremos algunas sustancias químicas más que presentan riesgos potenciales para la salud, además de formas más prácticas y fáciles de implementar para que cada uno de nosotros pueda reducir estas sustancias químicas en nuestros hogares.

Nuestra Misión sigue siendo más relevante e importante que nunca. En palabras de la naturalista Jane Goodall: “Lo que haces marca la diferencia y tienes que decidir qué tipo de diferencia quieres marcar”.

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